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El otro día alguien me dijo que yo vivía enamorada del pasado. Y bien, creo que es verdad hasta cierto sentido de la palabra. Me encanta volver. Porque pienso que la historia, aún cuando se trata personal y únicamente de la nuestra, es lo que realmente nos permite conocernos y entendernos a lo largo de la vida, a la vez que con ella aprendemos a valorar el presente y a verlo con otros ojos, sabiendo que pronto también este formará parte de nuestra historia. Si hoy vivimos el día como si fuese el último, es porque el ayer nos enseñó que así se vive mejor. El pasado siempre está, enterrado bajo capas de presentes, pero así también sigue siendo parte de nosotros. Somos todo eso que ya vivimos, somos las veces que nos hemos reído y los momentos que nos han hecho llorar. Somos fuertes por esa vez que nos caímos y nos aprendimos a levantar, valoramos nuestro ser de hoy porque alguna vez fuimos distintos, y eso vale la pena volver a contemplar– para reírnos de nosotros mismos, para recordar que fue en esa fiesta que decidimos que el whiskey no era lo nuestro, que después de ese viaje prometimos no volver, para admirarnos ante los logros, para extrañar con un nuevo sentir a quienes ya no están, para admitir que al final la vida no ha sido tan perversa con nosotros y la prueba está en que aquí seguimos. Con nuevos momentos por vivir.
Creo que hay que perderle vergüenza al pasado y pasar a saludarlo de vez en cuando, aunque solo sea para decir que no lo extrañamos. O que sí, y eso tampoco está mal. Sin malinterpretar lo dicho, creo que los mejores momentos siempre están por delante, pero me encanta recordar. Me complace su seguridad, ya me sé el desenlace. Al final me repone saber que he ganado, porque estoy aquí para contarlo y mis fotos a veces lo dicen mejor que yo. La comunicación verbal no es precisamente lo mío y quizás por eso me aligeran las letras y la cámara. Usualmente si voy a compartir una historia te enseño primero una foto, otras veces, me expongo en este blog, y así. Pero estoy segura que los recuerdos siempre los voy a contar mejor a punta de imágenes, y a mi eso siempre me va enamorar.
Hoy como muchos de ustedes me encuentro confinada en casa a causa de una pandemia que arrasa por todo el mundo, ansiosa, abrumada entre tanta información, entre tanto caos que sé que se está viviendo allá afuera. Mi teléfono está saturado del tema en redes sociales y hasta en los chats de Whatsapp. He llegado a sentirme triste. Por eso estoy escribiendo esto, y por eso vuelvo a mis fotos. Que sí, el pasado y los recuerdos valen por algo. A veces se convierten en refugio cuando el presente no es tan bonito. Nos devuelven sonrisas, nos transportan a mejores días, pero sobre todo, siempre nos recuerdan a valorar.
Con estas imágenes me voy de vuelta a Portugal– escucho las gaviotas a la orilla del río Duero, siento el olor a pastel de nata inundando las calles, recuerdo la brisa debajo del Ponte 25 de abril paseando en yate y tantas risas entre chicas; una lágrima de emoción viendo el paisaje en una plaza mientras un señor tocaba en su guitarra la versión más auténtica de “A Primera Vista” de Pedro Aznar; el sabor de la primera copa de vino de Oporto en Sandeman y recuerdo el atardecer más colorido que he visto en mi vida. Mientras a la tierra le damos un merecido (o quizás demandado) respiro, yo me detengo a agradecerle por darme cosas tan lindas para contemplar con mi lente: sus colores, sus mares, su gente, sus infinitos paisajes y por permitirme vivir fragilmente bajo su aire una vida digna de recuerdos y un presente.
Para Chrysta, Jasmin & Mayra. Gracias por compartir conmigo uno de los viajes más bonitos que he hecho jamás y que hoy, donde sea que las encuentre esta situación global, permanezcan a salvo en salud y bienestar (deseando lo mismo para toda su familia en India, Alemania, Perú y Madrid).
To Chrysta, Jasmin & Mayra. Thank you for sharing with me one of the most wonderful trips I've ever done, and today, wherever our global situation should find you, may you be kept safe in health and wellbeing (wishing the same for your family in India, Germany, Perú, and Madrid).
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